Contáctanos:
+56 9 9473 7860
Blog y Noticias – Siguenos en:
Y en verte crecer te me escapas rapidito…esa cabecita redonda que hoy está repleta de rulos, esos cachetes flaquitos que aun no rellenábamos, esas perlitas diminutas que se veían grandes, pero que hoy ya no lo son. ¿Cómo freno el tiempo?
Hoy te veo correr, saltar, bailar y reír. Te veo opinar, negociar y expresar lo que tú quieres. Te veo pensar, sentir intensamente. Te veo querer a los tuyos y defender lo que es tuyo con una garra admirable. Te veo y no lo creo.
Si hace un par de días eras así, como en la foto, minúscula, frágil, tan dependiente de mi. Y es que hoy ya no lo eres! Ni minúscula, ni frágil…y a simple vista ni dependiente de mi. Pero sé que todavía me necesitas, desde lejos te acompaño, te cuido en cada aventura que buscas emprender. Un pedacito de mi se desgarra cada vez que te veo ingeniártelas para mover la silla y subirte adonde quieres llegar, que te veo preferir correr y saltar que acurrucarte conmigo por horas, por días, por semanas…como cuando eras chiquitita.
Atrás quedaron las papas cada 2 horas, los pañales cada 1, las tomas nocturnas y las noches sin fin. Atrás quedaron los brazos constantes, la necesidad de tener tu piel pegada a la mía, la de no poder separarte de mi. Atrás quedaron la ansiedad de separación, la dentición, el ajuste de las siestas…
Atrás quedó todo eso que tanto miedo tenía de que fuera para siempre así. No fue para siempre. Y ahora, dentro de esta ambivalencia extrema que es la maternidad, lloro por más noches abrazada a ti, por ponerte en mi pechuga una vez más, por sostenerte por horas, por hacerte dormir encima mío, por sentir esa necesidad abrumadora de no poder separarnos.
Escribo esto para ti, esa mamá que aún está en esa etapa. Que todos nos dicen “disfruta que pasa rápido”, y uno no cree. ¿Cómo va a pasar esto en lo que se ha convertido mi vida? Te juro que pasa, y que una parte de ti lo extrañará. Así que sí!! Mientras puedas intenta disfrutar algún detalle. No tiene por qué ser todo, si es objetivamente abrumador, pero sí alguna que otra señal de dependencia extrema, disfrútala porque te prometo que se acaba y que no te arrepentirás de haberlo vivido con toda el alma! Por ellos, pero aún más, por ti.